No te burles,
primavera,
De esta hija
del otoño.
La nieve pintó
mis canas,
El frío agrietó
mi piel.
Tengo del
tiempo los años,
Del invierno,
la añoranza,
Y la eterna
soledad
Enquistada en
el alma.
Goza con tus
retoños
Que se abren
esparciendo esencias.
Ya no espero
florecer,
Mi huerto está sucumbiendo.
La suavidad de
tu sol,
Dejó de bruñir
mi piel.
Aun así, cuando
nadie me ve,
Danzo como una chiquilla.
Se me está
yendo la vida
Y el amor no
comparece;
Se marcha junto
a mis risas,
Resignando
sutiles sonrisas.
Más yo sigo mi
camino,
Hacia el
postrero sendero…
Deja que
reposen mis huesos,
Deja que la paz
me cerque.
No te burles,
primavera,
Tu alegría no
me concierne,
Se está agotando
mi savia,
Deja que vacía
me marche.
Autora: Myriam
Jara-Navegante Literaria
(Protegido en
el Registro Nacional de los Derechos de Autor)